jueves, 3 de junio de 2010

ULTIMA VIDA CHAPINA

Resulta que el viernes pasado yo regresaba a casa después de la biblioteca con la intención de corregir unos exámenes, ver un par de capítulos de “Como conocí a vuestra madre” y echarme a dormir. Al final nada de eso hice (salvo dormir claro).


Cuando llegué a casa, mi familia estaban empezando a preparar tamales. Tamales de verdad. Digo esto porque, con la información que obtuve aquella noche, puedo deciros que lo que vi la noche famosa de los toros, no eran en realidad tamales. Simplemente era una manera de cocinar mucha carne a la vez de manera sencilla.


En realidad yo iba a curiosear, pero Éntima me preguntó si quería ayudar y yo encantado. Soy un cocinillas y echaba de menos pringarme las manos para cocinar. Asique esa noche aprendí como se hacen los tamales.


En primer lugar hay que tener hojas de moxhan, que es la planta con la que se hacen. Una vez que se tienen se pasan por la llama del fuego y cambian de color. Entonces se cortan con el tamaño adecuado para hacer los paquetitos. Con lo que sobra, se cortan trozos de las mimas hojas que llaman pañales. Una vez todo cortado se limpian con un trapo con agua.





Dentro, lo que llevan los tamales es: una masa de harina de maíz precocida, una rodaja de pimiento, un trozo de pollo, y una salsa con multitud de condimentos y sazonadores.


Una vez que tenemos todo esto preparado, agarramos una hoja grande y ponemos uno de los pañales encima.





Agarramos masa precocida y la extendemos por el pañal.





A continuación, echamos la carne con la salsa y le ponemos el trozo de pimiento.





Entonces, la hoja se dobla de determinada manera para hacer un paquetito. Lo importante, en palabras de Marina, es que cuando se doble la hoja se la oiga crujir porque se ha roto el nervio.




















Una vez que están hechos todos los tamales, se agarra una gran olla a la que se echa agua. En el fondo de pone un cacharro y encima de él un plato.





Dicho plato se recubre completamente de hojas de moxhan.





Es entonces cuando se le empiezan a poner todos los tamales encima. Una vez hecho esto, se cierra del todo con las hojas de moxhan.





Luego se pone un trapo húmedo y para finalizar un nylon para envolver. La idea es que se hagan al vapor. Porque… ¡ojo!, en ningún momento el tamal está en contacto directo con el agua.





Después de hora y media de cocer al vapor, ya están listos para comer.





La tradición dice que los tamales se hacen para ocasiones especiales: casamientos, Navidad o para cuando alguien cumple 15 años (recuerden que uno de mis alumnos me invitó al quinceavo cumpleaños de su hermana). En este caso se hizo porque Maxi o Alfonso (el marido de Marina, recuerden también que aquí tienen dos nombres todos y se les llama de las dos maneras), cumplía años el sábado.


Y aquí van las fotos de mis prácticas de cocina chapina











En fin, después de este post cuidado y hecho con mucho cariño en donde han conocido a mi mamá guatemalteca, no puedo poner otro capítulo de vida chapina. En mi opinión, creo que es la mejor manera de acabar esta saga de post. En el ámbito gastronómico en el que nos hemos movido hoy, podemos decir que este post es la guinda del pastel a mi vida chapina. Disfruten comiéndoselo XD


Seguiremos informando.

4 comentarios:

  1. Jajajajajaja!!
    Me ha encantado Sergio!! Y también me ha entrado hambre, eso tiene que estar riquísimo!! Ay omá!!

    Tengo curiosidad por ver como es la planta de la que se sacan ese pedazo de hojas tan chulisisisisimas!

    Que apañá tu mamá guatemalteca, se ve que cocina de puta madre y que te ha tenido a cuerpo de rey, me alegro mucho por ti!

    Y cambiando de tema: jijijiji, tu te crees que en calzoncillos es la mejor forma de cocinar? jajajaja, que me meo de risa! La verdad es que estás guapísimo, tienes un brillo de alegría en la cara!!

    Una pena que este sea el último vida chapina, pero bueno, ya mismo te vuelves y estoy contigo que es un buen final de esta saga, jejeje

    Me ha encantado el post!!!!

    Ana

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  2. sobrinooo a mi tambien me encanta verte de coninero y con esa sonrisa en la cara, Ana que no son calzoncillos ¡¡que son pantalones¡¡¡ o por lo menos a mi me lo parece. Solo espero que tu familia guatemalteca siempre te recuerde por lo grande que has sido,
    besossssssssss

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  3. Sobrino:Foto a foto, post a post, aventura tras aventura,EL CAMINO QUE DECIDISTES ANDAR SE VA TERMINANDO.
    Tu familia guatemalteca, alumnos ,y demas personas que se hayan encontrado en ÉL, seguramente te recuerden durante mucho tiempo.Y sin duda que TÚ llegaras rezumando alegria y experiencia por los cuatro costados.

    BESAZOSSSSSSSSSSSPor todo lo que me has hecho disfrutar con tu "CAMINO"

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  4. Impresionante post!!!. Cómo todos los de Vida Chapina. Una pena que sea el último y, por otro lado, una alegría.
    En las fotos rebosas felicidad, sin duda estos meses, han significado una experiencia enriquecedora e inolvidable. Eres muy afortunado.
    Un besazo a tu mamá postiza.

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