domingo, 21 de febrero de 2010

JUEVES INTENSO (por la tarde)

Ese día estuve en el parque desde las 8 hasta las 14 trabajando a saco. Entre tanto en San Andrés sucedían dos cosas. Mi vecino Eric, el canadiense, que se había ido a Antigua a pasar una semana, vino con una amiga suya hondureña. Además, el viernes de esta semana pasada se inauguraba en San Andrés una sucursal de Banrural y era todo un acontecimiento porque hasta entonces no había ningún banco en la ciudad.


¿Por qué es necesario explicar todo esto? Pues bien, ahí va la cosa. Cuando regresé del parque el jueves con María Auxiliadora (que es como se llamaba la hondureña) me encontré con 20-30 personas en casa de Marina. Es decir, mi casa adoptiva.


Como se inauguraba el banco, los del banco iban a organizar un acto de inauguración con comida para todos y toda la parafernalia incluida. Pues bien, dentro de esa parafernalia se incluía carne de toro. ¿Y donde se mataron y se cocinaron esos toros? Pues en casa de Marina. En la mañana del jueves empezaron a traer los toros y los mataron aquí. Cuando regresé ya estaba montado todo el chiringuito. La carne ya estaba troceada, al igual que las verduras que posteriormente se llevaron a moler (tomate, chile, etc.) y en la parcela aledaña a la casa que también es propiedad de Marina (donde habían matado a los toros), había un buen agujero en donde estaban quemando madera.


Cuando llegamos Maria Auxiliadora y yo ayudamos a abrir los sobre de los condimentos (sal de cebolla, sal de ajo y sazonador). Resulta que prefieren los sobre a comprarlo a granel porque conserva más el sabor. Así que junto a Estuardo y Breisy (los nietos de Marina) y otras 5 o 6 mujeres, María Auxiliadora y yo estuvimos abriendo cientos de sobrecitos de los condimentos y echándolos en un barreño.


He aquí la primera tesitura curiosa. A las mujeres (mayores) les llamaba la atención no solo un extraño trabajando en el asunto, sino haciéndolo con ellas. Se acostumbraron. Lo que no iba a hacer era irme donde estaban los hombres que no estaban haciendo nada y que también me miraban raro. Jajajajaja. Por lo menos donde las mujeres había gente que conocía y que me hablaba.


Otra cosa curiosa es que, cuando vinieron los dos del banco que manejaban el cotarro, cuando alguno hablaba de ellos se refería a los licenciados. También sentí que alguien preguntaba por mí. Como no saben que soy licenciado, no trabajo en un banco y llevo estas pintas, no soy señor licenciado :D. Me da igual, pero me resulta curioso.


Una vez todo organizado, pasamos a la cocina. El agujero del suelo donde estaban quemando leña era para hacer un gran horno. Mientras ardía la leña tiraron en el mismo agujero piedras grandes para que ganaran el calor suficiente. Mientras tanto, la carne de toro iba siendo embadurnada por la salsa. La salsa llevaba las verduras troceadas y los condimentos, a los que se les había añadido vino rosado, salsa de soja y aceite. Una vez embadurnados, los trozos de carne se envolvían en unas hojas similares a las del banano a modo de paquetes. Estos paquete se introducían en el horno de piedras, eran enterrados y sacados la mañana siguiente para la fiesta.


Así que, esta es la manera de cocinar 4 toros sin manchar una cocina. El día siguiente, el viernes, no pude ir a la inauguración porque me fui a Tikal. Pero esa, es otra historia que ya contaré otro día.


Lamentablemente de todos los hechos acontecidos el jueves no tengo fotos, así que este post va sin ellas. Por la mañana se me olvidó la cámara y por la tarde me daba corte nada mas llegar sacar la cámara y empezar a hacer fotos al personal. Podría haber sido muy ofensivo. Así que decidí no hacerlo. Pero vamos, os podéis imaginar la situación porque es como la de cualquier pueblo de España en una matanza o algo similar: los hombres a una cosa y las mujeres a otra.


En fin…


Seguiremos informando.

5 comentarios:

  1. Jejejejeje, muy buenos post...
    Te acuerdas de los libros de los hijos de la Tierra? Ellos también cocinaban así...
    No me ha quedado claro, probaste la carne de toro al final o no?
    Que divertido lo de las bolsitas de aliño, luego las manos tendrían que olerte a flores del campo...
    Y de que color habeis pintado la escuela?

    Sigue informando Señor Licenciado ;-)

    Ana

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  2. Sr. Licenciado aunque a ti no te importe que no te lo llamen, no te olvides que si lo eres aunque sea por todo el esfuerzo que te ha costado.
    ¡Como me gusta que estuvieras con las mujeres, aunque a ellas le pareciera raro¡, menos mal que empezamos a tener hombres fenomenales, no estaría mal que un dia pudieramos hacer la carne de esa manera, como dice Ana ¿probaste la carne?
    Todas estas vivencias no se te olvidaran n unca, y así tendras coas que contar cuando seas "Viejito"
    besazos

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  3. Primo, primo.....no seré yo el que te diga que lo de los hombres y la cocina no es compatible, a las pruebas me remito, jejejeje, pero.....allí creo que se te pueden presentar dos conflictos:
    1: Que todas las mujeres se peleen por ti y te ofrezcan matrimoño (si bien, encima, no saben que eres licenciado con papeles). XDD.
    2: Que los hombres no lo vean con buenos ojos, ya que las comparaciones son odiosas, y te inviten un día a la cantina a tomar unos tragos para hablar del tema, jajajajajajajaja....
    Yo en tu lugar ya sabes que seguiría cocinando, ole, ole, ole....

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  4. Di que si primo, tu a cocinar! Mucho mejor eso que estar mirando. Aquí en España seguro que todavía hay muchos a los que les seguirá pareciendo raro, aunque afortunadamente eso no pasa en nuestra familia.
    Ya me ha contado Luis que ayer estuvo hablando contigo.
    Besotes señor licenciado.

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  5. Hola Sr licenciado , GENIAL eso de estar con las mujeres cocinando , que asi se empieza a cambiar el mundo con esas actitudes , aunque para nosotros sea natural ,todavia queda mucho camino por recorrer

    besazos TE QUIERO UN MONTÓN

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